Un día del verano de 1255, la comitiva que acompañaba al rey Henry III de Inglaterra y a su esposa Eleanor de Provenza se detuvo al sur de la ciudad de Londres , en la orilla derecha del Támesis, antes de cruzar el único puente que daba acceso por entonces a la ciudad, el llamado Puente de Londres. Traían consigo, procedente de París, a un elefante regalo de su cuñado Luis IX, el rey de Francia.
En octubre del mismo año, Eduardo, el príncipe heredero , se detenía en el mismo lugar con su jovencísima esposa Leonor, Infanta de Castilla , para hacer su entrada como recién casados en aquel Londres medieval que crecía hacia el norte, al otro lado del puente.
Hace poco más de tres meses yo crucé un imaginario y cercano puente para acercarme con mi libro ,"Elephant and Castle (La Infanta de Castilla), a las puertas de la Fundación hispanobritánica. Una acogida exquisitamente hospitalaria fue la respuesta. Me han honrado con generosidad incluyendo mi trabajo entre los libros recomendados en su web. Quiero hacer público mi profundo agradecimiento.
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